Desde mediados de los años 60 las investigaciones han demostrado que el exceso de exigencias psicológicas, la falta de influencia y de desarrollo en el trabajo, ausencia de apoyo social, escasas compensaciones, además del estilo y calidad del liderazgo tienen un impacto en la salud física y mental de las personas, a través de mecanismos psicológicos y fisiológicos, independientemente de la personalidad o de las circunstancias personales o familiares.