Cuando se trata de articular de sana forma las relaciones en el lugar de trabajo, al igual que con las relaciones personales, no podemos esperar cambiarlo todo de manera inmediata.
Pero al establecer y mantener una comunicación abierta y honesta, establecer límites y comprender los impulsores del comportamiento controlador, puede ayudar a mejorar su relación laboral. Esto puede proporcionar beneficios tanto para usted como para su jefe. Es frustrante tener a su gerente constantemente mirando por encima de su hombro y revisando su trabajo. Incluso en un mundo virtual, un gerente que no confía en usted puede hacer sentir su presencia.
¿Cómo puedes decirle a tu jefe que te dé algo de espacio sin ser grosero o arriesgar tu relación? Los jefes de microgestión a menudo tienen buenas intenciones. Quieren lo mejor para el equipo, pero sus métodos no cultivan la confianza y el trabajo en equipo. Los microgerentes pueden creer que pueden hacer el trabajo con mayor eficacia que nadie y que nadie trabajará tan duro como ellos. Luchan por soltar el control y necesitan sentirse involucrados en cada tarea.
Entonces, ¿qué hacer? Si tiene un jefe de microgestión…
• Practique la empatía tratando de ver su punto de vista.
• No critique demasiado a su jefe si parece que está microgestionando. En su lugar, trate de encontrar puntos en común explicando claramente sus preocupaciones.
• Si es necesario, tenga una discusión sobre sus roles y responsabilidades. Esto puede aclarar cualquier confusión que su gerente pueda haber tenido con respecto a sus funciones.
• Debe dar la confianza para confiar en usted y así desempeñar su función de manera eficiente.
Antes de comenzar una conversación con su gerencia, escriba un ejemplo específico de cuándo lo microadministraron. Generalizar en exceso su comportamiento puede llevar a su jefe a sentir que está siendo confrontador sin razón alguna.
Asegúrese de mantenerse positivo y sincero cuando se comunique con su jefe de microgestión. Sea transparente, intente comprender su perspectiva y hágales saber la suya. Una vez que se haya comunicado, establecido algunos límites y avanzado, podrá disfrutar de una mejor relación de trabajo.
Dar ejemplos específicos le dará a su jefe de microgestión la oportunidad de reflexionar sobre su comportamiento. Acercarse a ellos de esta manera también lo ayudará a mostrar cuándo su estilo de gestión condujo a resultados improductivos. Resalte cómo mejorarían estos resultados si se permitiera una mayor colaboración, porque… al final del día, lo que ambicionan los microgestores es poseer el control. A veces esto se debe a que sienten que la situación, el entorno o la empresa están fuera de su intervención.
Eso significa ajustarse al estilo y preferencias de su jefe. Hágalo bien y es posible que descubra que la microgestión disminuye. No es suficiente hacer sus tareas: debe asegurarse de que las personas que cuentan con usted (su gerente) lo tengan absolutamente claro, todos los días. Puede sonar extremo, pero al conversar y buscar nexos esa microgestión será muy manejable, porque finalmente todo esto se trata de crear una cultura de trabajo donde todos prosperen. Un buen gerente infunde confianza en sus empleados y está dispuesto a aprender de los demás en el lugar de trabajo.
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