Existe una necesidad constante de que las organizaciones reconozcan el hecho que el estrés, la ansiedad o el agotamiento son un problema real y tangible en el mundo laboral actual.
La mala salud mental es a menudo una consecuencia de problemas sistémicos más grandes. Lo que antes se trabajaba solo con seguros de salud complementaria o reembolsos por gastos médicos, hoy se ha convertido en un área mucho más sofisticada a nivel de las unidades de Recursos Humanos y Bienestar y eso se refleja en acciones planetarias; en septiembre pasado, la Organización Mundial de la Salud informó que cerca de mil millones de personas sufren problemas de salud mental en la actualidad y para apoyar en enfrentar esta dura cifra publicó un nuevo conjunto de directrices sobre salud mental en el trabajo. A este hecho se une la introducción, el 2021, de las pautas globales de seguridad y salud psicológica ISO45003.
Según McKinsey Health Institute (MHI), la extenuación ha alcanzado niveles récord en los últimos dos años. MHI realizó una encuesta a 15000 empleados en 15 países, en todos los continentes del mundo, y encontró tasas de agotamiento constantemente altas. Una diferencia que encontró el MHI en los países encuestados fue el contexto cultural: cuánto estigma o discriminación existe en un lugar de trabajo, qué tan cómodos se sienten los empleados compartiendo ciertas situaciones y el nivel de apoyo que pueden sentir de su empleador.
Los miembros de las organizaciones no deben usar frases como “agotamiento” como excusa para la indiferencia o la desmotivación. En última instancia, todos los líderes querrán una fuerza laboral eficiente y trabajadora, y todos los empleados querrán sentirse valorados y cuidados a cambio de su trabajo. Esto incluye la atención a problemas reales de salud mental.
Las empresas comienzan a visualizar que es un tema a trabajar. Esto implica contar con líderes con capacidad emocional y que se ocupen de un factor determinante; la satisfacción del balance trabajo – familia, punto en el cual, a juicio de los recientes estudios de MIC Innovation Chile hay retraso en nuestro país.
El principio fundamental de todo esto, por supuesto, es la confianza. Sin confianza, los colaboradores no se abrirán a conversa la situación. El primer paso para que las personas se sientan cómodas hablando sobre su salud mental en el trabajo, independientemente del género, es crear un clima en el que sea psicológicamente seguro mostrar vulnerabilidad. Sin la comunicación no hay punto de partida. Entonces, liderar con vulnerabilidad en los desafíos que el liderazgo ha enfrentado, puede ser el camino hacia la confianza, la comunicación y el cambio efectivo.
Las gerencias y jefaturas tienen la misión de abrir la puerta y crear el espacio que las personas necesitan para comenzar a tener conversaciones reales y honestas y obtener la ayuda que necesitan.
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